jueves, 6 de diciembre de 2012

Hagamos algo por Jimaní

Tenia mucho que no iva a Jimaní, dentro de las sorpresas que me llevé fue la crecida del Lago Enriquillo.
Las carreteras desoladas, la cantidad de paradas para chequeos militares, la cantidad de personas quedadas por falta de transporte.
Cuando entras, no vez nada muy atractivo, parece la puerta de entrada a la frontera.  Se me estarvió un cable de power para instalar unas computadoras, y no lo encontré, hay que llevarlo.

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